Jessica pasó los siguientes días ayudando a Betsabé, su amiga, a organizar la boda. Centrarse en eso la ayudaba a no pensar en Jake, quién mandaba un mensaje todos los días sobre las 12:00pm, porque ella solía descansar a esa hora.
Esa mañana Jessica despertó un poco tarde, tenía que ir con Betsy a elegir un vestido de boda, pero por suerte faltaba un buen rato. Se duchó, tomó el desayuno, llamó a sus empleados en la tienda de tatuajes, entre otras cosas. Todo iba bien.
No fue hasta la tarde, cuando iba con el coche camino a la tienda de vestidos de boda, cuando se preocupó. No había recibido ni un solo mensaje de Jake, y ya hacía un buen rato desde el mediodía. Eran las 3:00pm y no sabía de él.
“Bueno, ya me llamará” pensó mientras aparcaba el coche y salía al encuentro de su amiga que la saludaba con la mano y sonreía.
- Hola cariño, ¿cómo estás? -preguntó Jess.
- Nerviosa, espero encontrar el vestido adecuado.
- Lo harás, venga, entremos.
Entraron a la tienda, en la cual estuvieron una hora o más probando vestidos para Betsy, que no se decidía por ninguno.
Cuando desistieron, salieron de la tienda y hablaron de quedar en dos días para ir a otra. Con eso, Jess se despidió y se fue a su casa.
Ya en su casa, se puso el pijama y tomó helado. Esos días sin Jake habían pasado demasiado lentos y demasiado rápidos a la vez. Le echaba de menos.
Jake... sintió una punzada en el pecho. No le había llamado, ni pasado un sms si quiera, a lo mejor es que estaba ocupado, pero siempre sacaba tiempo para ella. “Bueno, lo más posible es que esté en el funeral y acompañando a su madre, que detesta que me llame”.
Intentando pensar en otra cosa la chica se sentó en su sofá, delante del televisor y lo encendió, cambiando de canal hasta encontrar alguno donde hubiera una película que le gustara. En uno estaban poniendo “The Ring”... “Bueno, se puede ver”. Encogiéndose de hombros puso atención a la peli, pero no había pasado ni media hora y se había quedado dormida.
Despertó a las 6:23am, cuando su móvil reproducía Highway to Hell, de ACDC, su timbre de llamada. Lo cogió enseguida, extrañada.
- ¿Diga? -Jessica aún adormilada se levantó del sofá estirándose.
- ¿Jessica? Soy Susan.
- ¿Susan? ¿Qué ha pasado? -respondió despertándose por completo de golpe, que su suegra la llamara era extraño.
- Es Jake...
- ¿Qué le pasa? ¿Ha enfermado? ¿Es otro ataque de asma? Dígamelo, por favor.
- No... No es eso -su voz temblaba-. La policía me ha despertado hace apenas media hora, han encontrado el cadáver de Jake...
- ¿Cómo? -Sus piernas le fallaron y calló en el sofá, comenzaba a marearse.
- Estaba raro desde que llegó, y estos días le he visto... había visto poco. Le han encontrado cerca del río, al parecer le dejaron ahí luego de matarle.
- Por favor, dígame que no es cierto.
- Jessica mi hija ha muerto hace poco, no bromearía con eso.
- Claro, perdone. ¿Qué hará con el cuerpo?
- Lo enterraré aquí, junto a su hermana, te llamaba por si querías venir al funeral. Sabes que no eres de mi agrado, pero tienes ese derecho.
- Si, claro -la voz de Jessica comenzaba a quebrarse, mientras intentaba no perder la calma-, esta noche salgo hacia allá.
- Adiós.
- Adiós...
Cuando colgó el móvil, automáticamente las lágrimas salieron de sus ojos a borbotones. Se duchó lentamente, sin ganas, aún llorando. No parecía tener conciencia de lo que hacía porque su mirada estaba perdida.
Luego de vestirse de negro, llamó a todos sus conocidos y dijo que se iría unos días. Hizo las maletas, y se tiró en la cama oliendo la almohada de Jake, hasta que se hizo de noche. Era hora.
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